Il Burchiello
Un crucero romántico entre la Villas Vénetas a orillas del río Brenta
Todos los años, de marzo a octubre, un romántico mini-crucero entre las Villas señoriales de la Ribera del Brenta, de Padua a Venecia y viceversa, entre arte e historia, siguiendo el recorrido del Burchiello, el antiguo barco veneciano del siglo XVIII.
El Burchiello era una típica embarcación veneciana para el transporte de pasajeros, con una gran cabina de madera y tres o cuatro ventanas, ricamente decorada. Lo utilizaban los nobles venecianos para desplazarse de la ciudad a sus ricas residencias de verano.
Como en el pasado, hoy el Burchiello, en cuanto línea regular de transporte de gran turismo, recorre le Ribera del Río Brenta de Padua a Venecia y viceversa; heredero de las antiguas tradiciones, el Burchiello surca las aguas del Río Brenta con andadura lenta, mientras que los guías a bordo explican la historia, la cultura y el arte testimoniados por las Villas del Brenta.
El Burchiello es hoy una moderna y confortable embarcación, con cabina y cómodos asientos, con un puente panorámico que permite a los pasajeros la máxima visibilidad. A todo esto se le añade el aire acondicionado, el bar y los servicios higiénicos.
Los programas prevén la navegación de Padua hacia Venecia (Padua, Stra, Dolo, Mira, Oriago, Malcontenta, Fusina, Venecia) o de Venecia hacia Padua (Venecia, Fusina, Malcontenta, Oriago, Mira, Dolo, Stra, Padua) y la visita guiada de unas Villas, famosas residencias estivales de los nobles venecianos del siglo XVIII, decoradas con magníficos frescos.
Aconsejamos el mini-crucero de jornada entera para poder disfrutar mejor de la belleza de la Ribera del Brenta, que incluye la navegación, el guía a bordo, la visita guiada al interior de Villa Foscari llamada La Malcontenta, de Villa Widmann en Mira y de Villa Pisani en Strà, además del alto para el almuerzo facultativo en el famoso restaurante “Il Burchiello” en Oriago, donde el barco se para.
Un mini-crucero sugestivo que, pasando por nueve puentes giratorios y cinco esclusas, verdaderos “ascensores de agua” permite al turista remontar o bajar el desnivel ácueo de casi 10 metros que existe entre Padua y Venecia. El viaje se termina en Venecia en el fantástico escenario de San Marcos.